Arquitectos nos cuentan qué solicitan los clientes a partir de la tendencia que surgió con la pandemia de irse a vivir a los suburbios y la consolidación del teletrabajo
Más de un año de aislamientos y cuarentenas, diferentes fases que obligaron a la gente a encerrarse en sus hogares y salir, solamente, si era parte del personal esencial o para hacer las compras al supermercado.
El cambio brusco en los hábitos de las personas impactó rápidamente en la forma de vida, y los ambientes de las casas o departamentos tuvieron que readaptarse a nuevas necesidades: toda la familia las 24 horas circulando por el hogar; clases por zoom o reuniones laborales en el mismo momento; y hasta la búsqueda de algún rincón para hacer actividad física, ante la imposibilidad de usar el espacio público o los gimnasios.
Hoy, todas esas búsquedas y necesidades llegaron a manos de los arquitectos, y tanto los proyectos en marcha como los que habían arrancando traen muchos cambios, pedidos que hasta ahora eran impensados, pero que pasaron a ser funcionales para el día a día.
Tendencias claves
Los cambios que se fueron dando con la pandemia son varios, y van desde el estilo de vida y la valoración de nuevos momentos hasta aspectos puntuales de la arquitectura de la vivienda.
“Hay dos fenómenos que surgieron desde marzo de 2020”, explicó el arquitecto Darío López, de Arquitectonika. “Uno de ellos es que la gente empezó a buscar espacios para vivir afuera de la ciudad, a diferencia de lo que pasaba hace años, cuando querían trasladarse a los centros urbanos por la inseguridad. La otra es la importancia del verde y la revalorización de la casa sobre los grandes departamentos con amenities, lo cual hace que la gente cambie los usos y formas de vida y eso se refleja en el mercado”, explicó.
En cuanto al impacto en el diseño y las necesidades a la hora de pensar en un proyecto de residencial, el arquitecto Paco Fernández Zaragoza comentó que la cuarentena agarró a todos desprevenidos. Nadie tenía su casa preparada para un home office full time. “Primero se generaron nuevos espacios de trabajo en departamentos, viviendas, donde el mismo lugar que se usaba para comer se empezó a usar para trabajar”, comentó el especialista.
Ahora, se viene el verdadero cambio, ya que las empresas entendieron que la jornada completa de oficina no volverá a ser como antes, y terminará en una metodología de trabajo híbrida, que obliga a repensar los espacios.
“Se vienen muchos cambios y los clientes ya los están pidiendo cuando diseñan sus casas. Por ejemplo, antes la orientación del escritorio quedaba del lado del área de servicio, pero ahora toma otra jerarquía. Las personas pueden estar 8 horas trabajando en la casa, entonces es un lugar que se prioriza, necesita más m2 y mejor vista e iluminación”, comentó Fernández Zaragoza.
El arquitecto reconoce que, en general, la jerarquía de cada uno de los espacios de un hogar cambia, y se repiensa la modalidad completa de cómo se proyecta una casa. Eso debido a que se espera que muchos cambios provocados por la pandemia se conviertan en la nueva normalidad.
Por su parte el ingeniero Matías Bosenberg, del grupo Bauhaus, continuando con la tendencia de búsqueda de más verde y espacio libre, dijo que uno de los cambios más notables que dejó la pandemia es que la demanda de casas se multiplicó. “De 25 que hacíamos por año llegamos a 60. De esa población también hay modificaciones del grupo etario, que antes tenían una mayor demanda entre los 35 y 50 años, y ahora se sumaron de 55 a 70 años”.
Como cambio de diseño, Bosenberg explicó que “ahora se aprecian más los espacios públicos, los livings, quitando algunos metros a los cuartos. El ambiente para compartir tiene más peso, las cocinas son más grandes pensando en elaborar una rica cena para más personas, en el contexto de pasar más tiempo en la casa”, agregó.
Donde también hubo cambios fue en los proyectos de edificios.
“Hoy se están repensando los espacios compartidos, los amenities, porque aparecen nuevas necesidades de aislamiento, mientras que lo importante es generar más comodidad en cada unidad, y una de las demandas es que los balcones sean más grandes”, comentó López.
“También se aceleró el pedido de jardines autosustentables, no solo que cada vecino equipe el balcón, sino que ya estén equipados con plantas, riego automático, agua de lluvia, entre otras cosas”, agregó.
La revalorización de lo sustentable se ve en varias demandas, especialmente entre los más jóvenes, que les importa más que los edificios tengan bicicleteros que cocheras, como condición fundamental.
“El último edificio que hicimos tenía pocas cocheras y ahora diseñamos uno que no tiene. Para los jóvenes el auto no es tan importante”, sumó.
Nuevos barrios
En esta tendencia de la gente de buscar nuevos espacios para vivir, algunos barrios abiertos pierden y otros ganan, porque la gente prefiere casas en barrios cerrados, con más seguridad, comentó Bosenberg.
“Barrios como San Justo, Castelar, Adrogué pierden gente, y se trasladan con toda la economía. Es decir, el cliente se va y asiste a otros supermercados, cambia de colegio, es todo un cambio para el barrio en general”, explicó el ingeniero.
“Por otro lado, toda la gente que vive a 50 kilómetros de CABA, entre la ruta 6 y el Camino del Buen Ayre, son todos ganadores, desde barrios abiertos hasta condominios en barrios cerrados”, agregó.